3 de diciembre de 2012

Pueblo e Iglesia sufrientes

Hace un mes del paso del huracán Sandy, y entre muchas otras miserias, dejó un saldo impresionante de destrucción al cruzar la ciudad de Santiago de Cuba, en el oriente cubano. En un comentario anterior del blog compartíamos un escrito de Monseñor Emilio Aranguren, Obispo de la Diócesis de Holguín. Hoy compartimos fotos tomadas en la ciudad de Santiago, como un complemento ilustrado.

Ha pasado un mes, y quizás algunos piensen que esta información ya es "vieja". A fin de cuentas, ¿no hay otras historias que han tomado el lugar del huracán Sandy? ¿No hay otras preocupaciones en las que ocuparnos?

El problema es que para los infelices que lo perdieron todo, pasarán meses, sino años, antes de que puedan volver a un nivel de vida parecido al que tenían antes del huracán -y no es que precisamente el nivel de vida anterior fuera el mejor ni mucho menos...

Las fotos que traemos son de templos de la ciudad. No porque la Iglesia haya perdido o sufrido más que los ciudadanos "normales" de Santiago. Lo que diferencia a la Iglesia es que, a pesar de sus tragedias, ha compartido lo que tenía, y ha proporcionado ayuda a todo el que lo necesitara -¡y son muchos los que necesitan a esta hora de desgracia y sufrimiento del pueblo! Por eso, por compartir y apoyar en medio de las tragedias de la gente sencilla, es que la Iglesia cubana está ahora mismo brindando una imagen auténtica de Jesucristo. 

Ha pasado un mes. Ojalá y nosotros no olvidemos a esos hermanos en desgracia.

Y mientras tanto, los invitamos a que miren, de manera especial, la última foto de este escrito...

[Fotos cortesía de Salvador Galliano Garay, desde Manzanillo]












































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