31 de marzo de 2012

CRONICAS SENCILLAS DE LA VISITA DE BENEDICTO XVI A CUBA. PRIMERA PARTE.

En los últimos días no hemos escrito nada en el blog porque nos concentramos en ver, meditar y leer sobre la visita del Papa a Cuba. 

Nos imaginamos que muchos de los que se acercan a este blog hicieron lo mismo. Y por eso pensamos que quizás estén algo saturados de tantos análisis de expertos, comentarios de especialistas, críticas acerca de que lo que se hizo o se dejó de hacer...

Nosotros no tenemos ninguna nueva arista que añadir en ese sentido. Pero sí vamos a compartir con los lectores historias sencillas, de personas sencillas, que nos han escrito sus impresiones acerca de los hechos. No tenemos ninguna primicia periodística aquí, ni ninguna novedad extraordinaria. Sólo las historias pequeñas, ésas que siempre hemos querido y tratado que sean la tónica principal del blog. Los invitamos a que lean esos testimonios que iremos poniendo en las próximas entregas.

Y hoy comenzamos con la crónica que nos mandara desde Bayamo nuestra querida "sobrina" Isita Amador Pardía, joven quinceañera que leyó una de las preces durante la misa de Santiago de Cuba.

"La mejor forma de vivir, es amar"
Madre Teresa de Calcuta

Crónica de la visita del Papa a la vista de Isita

Todo comenzó para mí un mes antes, más o menos, a las 7:00 a.m. El padre Juanito se encargó de anunciarme que yo estaba escogida para leer una de las preces en la misa del Papa en Santiago. Para ser sincera, primero no me resultó la gran cosa. En lo que pensaba era en el lugar donde nos alojarían, la credencial en el cuello y cómo iba a ser todo.

Después de escoger la ropa y que todos dieran sus respectivas opiniones al respecto, preparé el equipaje. Salí de Bayamo el día 25, con el coro. Pensaba que iría para un Hotel pero al llegar me dijeron que no, me quedaría en una Iglesia que no era católica, episcopal era y donde nos trataron de maravilla. A dejar las cosas y salir para el ensayo.

Fue allí donde puede leer por primera vez mis cuatro líneas. Al terminar el ensayo, nos llevaron para ese lugar, llamé a mami y le dije todo lo que me había pasado.

Fui ubicada en un cuarto con tres generaciones. Una se llamaba Maura y tiene  la edad de mi madre, otra, aún mayor, que se llama Lazarita, pero que parecía la más joven de todas, y además estaba Diana una chica súper dulce. Ellas eran, como dijo Bigote, lo mejor de Ciego de Ávila. Hablando con ellas logré una gran empatía, eran personas en mi misma situación, con mi mismo nervio pero que trataban, también, de sobrellevarlo.

Ya el día de la Misa con el Papa, a eso de la 1:00 de la tarde, bajo el solecito del Oriente, salimos para la plaza. Llegamos una hora después, entre el calor, las gentes de los lugares que llegaban y el miedo de no hacerlo lo mejor posible, pasaba el tiempo.

En ese momento pude saludar a Papi y Carlitín que llegaban a la Plaza, cansados de caminar y empapados de sudor y agua. Besos y fotos, y a prepararse.

Llegado el momento, casi sin pensarlo, nos llamaron. No lo podía creer, aquel bulto de personas me miraban, y además el mundo entero, que no se si es sabido, es un poquitito grande. Al terminar digo la ultima palabra mirando para el frente: "Oremos…"

Inocente de mí, creyendo que el mayor estrés había acabado, estaba por comenzar. Cuando terminó la Misa y entre lo que fui a buscar las cosas y me despedía de aquellas personas, la guagua en la que nos iríamos no aparecía. Manuel, un joven de Manzanillo que comulgó con el Papa, y yo estábamos perdidos. El no sabía que hacer y yo estaba tan desesperada que a lo único que atinaba era a rezar.

Terminamos hablando con unos policías que al conocer la situación, nos brindaron un carro que nos llevó hasta Tropicana, lugar donde estaban las guaguas. Yo sólo le repetía a él y a la Virgen: gracias, gracias, gracias. Me terminé montando en la guagua de la Catedral en la que estaba tía Cristy y muchos amigos y conocidos. Al fin de regreso a Bayamo.

Aquella experiencia no puedo describirla con una sola lectura sino como un conjunto de sucesos. Tanta gente rezando por mi, el conocer personas nuevas de las que me gané el afecto sin decir de quien soy hija, el tener que tomar decisiones de las que dependía mi seguridad, el estar tan cerca del Papa, el ser seleccionada y el demostrarme a mi misma que puedo hacer grandes cosas yo sola. Todo esto fue para mí la visita del Pontífice.

Espero que también constituya cambio para Cuba y para los cubanos, si en sólo 14 años hemos recibido la visita de dos Papas, es porque el Vaticano nos tiene presentes y mucho.    

Humildemente termina quién estuvo a 4 metros del Papa. 

La Isabel

20 de marzo de 2012

DICHOSO EL MENSAJERO... Y LOS QUE RECIBEN SU MENSAJE

En los próximos días el Papa Benedicto XVI visitará México y Cuba. Una visita esperada y querida, que esperamos traiga buenas cosas para ambos países. Nuestros mayores deseos son que el ciudadano común, ése que dondequiera (no sólo en México o en Cuba) es pisoteado y dejado atrás, pueda aprovechar esta visita. Que pueda llenarse de buenos sentimientos, y encuentre inspiración y apoyo para seguir con su vida. También, idealmente, que pueda crecer en su fe personal y acercarse más a Dios. Desde nuestra perspectiva y opinión personales, lo más importante en estas visitas a veces se diluye en medio de otras “distracciones” (cobertura de la prensa y “especialistas”, logística, espectáculos artísticos, etc.). No es que esas cosas sean malas o innecesarias, es sólo que los humanos muchas veces tendemos a perder de vista el núcleo de los acontecimientos. Y, en cualquier visita del Papa, lo más importante es que el vicario de Cristo en este mundo estará compartiendo con estos países el mensaje del Evangelio –que siempre es nuevo y siempre es válido. La presencia del Papa es como un reforzamiento del Amor de Dios, ése que se nos olvida a veces en medio de los problemas cotidianos y las prisas de la vida. Es una oportunidad única de recargar las baterías espirituales. Este debería ser el principal motivo de celebración para los católicos (y no católicos), cubanos, mexicanos y de cualquier otro lugar. O al menos eso pensamos nosotros.

En varias ocasiones pensamos asistir a las celebraciones que se realizarán en Cuba. Incluso familia y amigos nos sugirieron la posibilidad e invitaron con los brazos y los corazones abiertos. ¿Acaso no es ésta una oportunidad magnífica de visitar nuestra patria, de compartir con tantos hermanas y hermanos con los que vivimos muchos momentos dentro de la Iglesia?

Ciertamente la oportunidad es única, y la invitación tentadora (en el buen sentido de la palabra). Por varias veces le dimos la vuelta en nuestras cabezas… pero lamentablemente no podemos ir. Como a muchos compatriotas viviendo fuera de la isla, la principal dificultad radica en los costos asociados a una visita como esa. Y además se suman las complicaciones de trabajo y otros enredos de la vida. En resumen: nos es imposible, y con dolor tuvimos que dejar esta idea para momentos futuros. Quizás más adelante, el año que viene, quién sabe…

10 de marzo de 2012

Una Segunda Lectura que no es segunda de nadie

Como muchas veces, aquí vamos con un escrito atrasado. Pero como dice el dicho: "más vale tarde que nunca". Así que de todos modos nos lanzamos a escribirlo. Y, mirándolo bien, nada más que tenemos seis días de atraso. Porque hoy queremos comentar brevemente sobre las lecturas de la misa dominical... del domingo pasado. 

Las lecturas de ese día estuvieron cargadas de mensajes profundos e importantes. Cada una de las lecturas merecería un comentario en sí misma, por su riqueza excepcional. Desde nuestra opinión de NO expertos en la Biblia ni en su interpretación (Exégesis), nos parece que el domingo pasado fue un ejemplo de lecturas "Todos Estrellas" -para usar un término deportivo, si se nos permite esta libertad. No todos los días uno encuentra tal combinación de mensajes a la vez. 

Imagen tomada del blog "Luz en las Tinieblas" (http://lpolancoschott.blogspot.com/)
Por ejemplo, la primera lectura acerca del sacrificio de Isaac que Dios le pide a Abraham. La primera reacción de cualquier persona probablemente sería algo como: "¿qué clase de Dios le pide a un padre que mate a su hijo como sacrificio en su honor?" O quizás: "¿qué clase de padre es capaz de perder la razón de ese modo como para "escuchar" esa petición"?

El párroco de nuestra parroquia comentaba en la misa que estudios arquelógicos han encontrado, en la región donde vivió Abraham, que era costumbre ofrecer sacrificios de niños a las deidades de la época. El relato bíblico puede entonces interpretarse como una muestra de que en lo adelante, esta práctica no tendría razón de ser. Seguir al Dios de Abraham implica, por lo tanto, un cambio fundamental.

8 de marzo de 2012

VOTOS SOBRE EL MATRIMONIO Y EL NOVIAZGO

Nuestros queridos amigos, Lina y Carlitos, nos enviaron hoy un correo desde Bayamo, Cuba. Nos piden que apoyemos su trabajo pastoral en Cuba -que se enfoca mayormente en la Pastoral Familiar, especialmente la preparación de novios al matrimonio. 

A pesar de que llevamos seis años viviendo fuera de Cuba, recordamos muy bien el extraordinario y dedicado trabajo de Lina y Carlitos en la diócesis de Bayamo-Manzanillo. Ellos tienen muchos años en este empeño de acompañar, ayudar y animar a los novios católicos de la zona. Una obra inmensamente bella pero también tremendamente desafiante. Especialmente en estos tiempos en que, desgraciadamente, la mayoría del mundo no valora ni el noviazgo, ni el matrimonio, ni las familias. 

Triste realidad ante la cual lo único que podemos hacer es seguir nuestro esfuerzo "cuesta arriba" de anunciar y promover el Evangelio y la voz de la Iglesia. A pesar de todos los obstáculos y decepciones. A nosotros sólamente nos toca dar testimonio con nuestras vidas y esfuerzos, los resultados y "éxitos" se los dejamos a Dios, que es quien sabe mejor cómo y cuándo cosechar.

Volviendo al tema de hoy, Lina y Carlitos nos pidieron que votáramos en un sitio web apoyando los cursos de novios católicos (el sitio web se encuentra aquí para los que deseen leer más al respecto). Se trata de una encuesta sobre los mejores talleres de preparación al matrimonio, y el tipo de encuentro que ellos preparan (parte del "Catholic Engaged Encounter") se encuentra entre los cinco finalistas.



1 de marzo de 2012

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS

Tengo especial recuerdo de dos ocasiones en las que experimenté “la Comunión de los Santos” de manera particular.

La primera fue cuando el nacimiento de nuestra hija Ana. Tere había tenido un embarazo algo complicado, con una pre-eclampsia alrededor del séptimo mes, así que los médicos decidieron adelantar las cosas un par de semanas antes de lo previsto. El 27 de Abril de 2000 a las 7 de la mañana ingresó Tere al salón de partos del hospital materno de Manzanillo, sabiendo todos que sería un largo día. Por esas cosas de algunos lugares que no vale la pena detallar, a mi no me permitieron estar con ella en esos momentos. Así que me senté en una sala de espera del hospital tratando de no preocuparme demasiado y de tener paciencia –algo casi imposible. Durante esas largas horas supe a intervalos de lo que pasaba gracias a amigos que estaban dentro, en especial Luguita, que se portó como una madre y acompañó a Tere en todo el proceso. Como a las 6 de la tarde regresé a la casa a comer algo y de paso aproveché para “actualizar” a familiares y amigos que también estaban preocupados y esperando por el desenlace de la jornada. Entre las personas con las que me comuniqué en esos momentos estaban las monjas salesianas de la parroquia, también muy cercanas a nosotros.

A comienzos de la noche Ana empezó a asomar su cabeza, pero extrañamente se resistía a salir y se escondía de nuevo en el útero. Por varias veces se repitió esta situación hasta que los médicos finalmente decidieron practicar la cesárea, al ver que eran cerca de las 10 de la noche, y habían pasado casi 15 horas de sufrimiento para Tere (y Ana). Aproximadamente en esos mismos momentos, en la parroquia transcurría la misa semanal de 8.15 pm y, al terminar la liturgia, las monjas pidieron a la comunidad que rezaran por Tere y por su bebé para que pronto terminara todo, y para que las dos salieran bien. Yo no estaba en la Iglesia, pues había regresado al hospital directamente desde la casa.

Mientras los médicos operaban, la comunidad rezaba por Tere… Pero ni en el hospital ni en la iglesia se sabía en esos momentos lo que pasaba en el otro lugar (excepto Dios). Cuando finalmente Ana emergió al mundo, descubrieron que tenía el cordón umbilical enlazado en su cuellito. Si hubieran seguido insistiendo con el parto natural lo más seguro es que Ana hubiera muerto asfixiada.

La sincronía de estos eventos pudiera explicarse como una coincidencia, pero para mí estuvo clarísimo que la comunidad entera rezando por Tere fue la que propició toda la decisión final, y su intercesión salvó la vida de Ana. Como para reforzar este convencimiento, las monjas se aparecieron en el hospital al terminar de rezar en la Iglesia, y en esos mismos momentos Tere y Ana salían del salón de operaciones. Fue entonces cuando yo pude “atar todos los cabos” de esta historia. Y fue en ese mismo momento que pude ver a Ana por primera vez. Allí, junto a Sor Rocío, Sor Enrika y Bertica García, que habían estado rezando por nosotros junto con toda la comunidad. Y allí, para mi quedó clarísimo lo que era la Comunión de los Santos, no en la teoría, sino en la práctica. ¡Qué clase de bendición recibimos aquella noche, sin siquiera estar conscientes de ello!