1 de febrero de 2011

En la Fiesta de Don Bosco

Ayer se ha celebrado la fiesta de San Juan Bosco, conmemorando un aniversario más de su muerte el 31 de Enero de 1888. Para nosotros es una ocasión de recordar con mucho cariño a los salesianos(as) y su trabajo en Cuba. Hay muchos nombres que ameritan mencionarse y muchas obras realizadas (y en realización) que atestiguan su abnegado esfuerzo. Sugerimos un sitio web, hecho en Cuba, donde pueden ver noticias e historias de la obra salesiana actual en el país (http://www.salesianosdecuba.org).

Oración a San Juan Bosco, impresa con uno de esos viejos mimeógrafos que hemos mencionado en un comentario anterior.
Por situaciones de la vida, los salesianos son bien cercanos a nosotros. Jose creció en la parroquia salesiana del Carmen en Santa Clara, tiene un hermano salesiano (P. Julio Alberto) y varios miembros de su familia han pertenecido a la Asociación de Cooperadores Salesianos. Por otro lado las monjas salesianas arribaron a Manzanillo a comienzos de los 90 y con ellas pudimos trabajar juntos por muchos años en la catequesis (Tere), en la pastoral juvenil (Jose) y en muchas otras cosas. Por tanto, hablar de los salesianos(as) es algo que nos toca profundamente el corazón.

Pero este comentario no es para hablar de nosotros o nuestra familia sino para agradecer y celebrar el trabajo de los hijos e hijas de Don Bosco en Cuba. Cualquier enumeración es incompleta, porque siempre se olvidan nombres y acontecimientos. Es mejor decir, como San Pedro: “Señor tú lo sabes todo…” (Jn 21, 17). Porque Dios sabe bien toda la labor realizada por los salesianos(as) y el bien que han hecho a la nación cubana.

Pero no podemos evitar el compartir con Uds. los nombres y fotos de una religiosa (Sor Severina Duque, española) y tres sacerdotes (Padre José Vandor, húngaro; Padres Juan Ballari y Rafael Giordano, italianos). Ellos tienen en común varias cosas. Todos están ya en la casa del Padre. Siendo extranjeros llegaron a Cuba como misioneros,  pero enseguida la adoptaron como su segunda patria y dedicaron allí la mayor parte de sus vidas. Fueron tremendo ejemplo en las comunidades que animaron y santificaron con su presencia. Son un testimonio innegable del carisma y entrega de Don Bosco, una verdadera bendición para todos los que los conocieron, un sano orgullo salesiano. Estamos seguros que desde el Paraíso ellos siguen intercediendo por todos los cubanos que tanto amaron. Y nosotros también les recordamos. SIEMPRE.

Queremos empezar una serie de trabajos sobre religiosos y laicos ejemplares en Cuba que no queremos caigan en el olvido. En futuras entregas hablaremos más de estos hijos predilectos de Don Bosco. Y también de tantos otros hermanos y hermanas que han dado lo mejor de sí a la Iglesia y la nación cubana.

Hoy también quisiéramos invitarlos a que compartan con nosotros sus vivencias de aquellas personas de la Iglesia cubana que Uds. consideran han dejado una huella significativa. Dejamos la puerta de este blog abierta para que nos envíen sus comentarios al respecto.

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